«Una mujer llamada Miriam que desea ser judía como su nombre; una radioescucha que no soporta que la locutora se ría sin que ella sepa de qué; una mujer que reflexiona sobre la teoría del microcosmos en un colectivo que, se cree, va hacia el mar; una pareja que viaja en tren hacia Armero y cuya travesía es circular y sin destino; una mujer que bate su propio récord de vida el día de su cumpleaños número veinticinco; un hombre gay a quien su amante le pisa el tercer dedo del pie derecho con sus zapatos de madera en señal de venganza; una extraña forma duelo por la muerte de una prima que dura el día entero; una mujer ve, sin poder evitarlo, cómo su enamorado se fija en otra».
—Manuel Osorio, Mohán – Crítica literaria