Los instrumentos

Tal vez la paz no esté en pensar en la inmortalidad de los dioses, o en creerla o quererla, sino en pensar y vivir en la inmortalidad de los instrumentos —la pluma, el cartón—, que no están vivos pero están viviéndose. No en el poder, sino en ese no poder con el que se acaba pudiendo, impersonalmente. Es la diferencia entre la paciencia y el deseo.