Hace dos días oímos y leímos en sendos (adjetivo que significa uno de cada uno, y no “grandes”) comunicados de la alcaldesa de Bogotá y de su secretario de Gobierno, ante los hechos recientes de abuso policial, un colosal disparate: que se iba a “ofrecer perdón” a las víctimas.
Quien haya sobrevolado las selvas de América del Sur habrá advertido que desde arriba la selva no se ve. El dosel verde produce una desilusión óptica que hace que lo alto, las copas de los árboles, parezca lo bajo, el piso. Desde afuera, la selva no tiene geografía; es una mancha que no para de derramarse. Pero el pasajero del avión recuerda que lo que parece suelo es techo, y reconoce la paradoja de que el gran espacio exterior es un gran espacio cubierto…
El otro día la prensa publicó un artículo sobre un libro que escribí en torno a Alfonso X “El Rey Sabio”. Entre quienes comentaron el artículo en internet, hubo alguien que anunció su intención de limpiarse el trasero con el libro, pues éste trataba de “otro” rey. El anuncio me pareció medio divertido, ya que el jacobino comentarista firmaba, para hablar de la culminación de su digestión, con una alusión a su dieta: “Vampiro Vegetariano”.